El avance de la miopía puede controlarse gracias a la ortoqueratología. Se trata de una técnica que, a través de unas lentes de contacto especiales (denominadas orto-k), de uso nocturno, tratan el astigmatismo y la miopía, logrando frenar el desarrollo de esta última que se suele producir entre niños y jóvenes.
Durante las horas de sueño, las orto-k moldean la córnea, permitiendo a la persona disfrutar de una visión nítida por la mañana.
La ortoqueratología es una técnica segura y sus efectos pueden revertirse cuando se dejan de utilizar las lentes.